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domingo, 20 de febrero de 2011

EL MURO DE GAZA



Recaba la información: Lancelot

Autor : Noam Chomsky.
Fuente: El Mundo

Prácticamente es un movimiento reflejo de los gobiernos pretextar problemas de seguridad cuando adoptan cualquier medida controvertida, a menudo, a modo de excusa para alguna otra cosa más. Nunca está de más un cuidadoso examen de esas medidas. La denominada valla de seguridad de Israel, que es objeto de una audiencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya que empezó ayer, es un ejemplo que viene al caso.

Pocas personas pondrían en duda el derecho de Israel a proteger a sus ciudadanos de atentados terroristas como el de ayer e incluso a erigir un muro de seguridad si éste fuera un medio adecuado. También está claro el lugar en el que habría que levantar un muro si la seguridad fuera la preocupación determinante: En el interior de Israel, dentro de la frontera internacionalmente reconocida, es decir, la Línea Verde establecida al término de la guerra de 1948-1949.

El muro podría ser entonces tan imponente como quisieran las autoridades; patrullado en sus dos lados por el Ejército, profusamente minado, impenetrable. Un muro así elevaría al máximo la seguridad y no daría lugar a protesta internacional alguna ni a infracción alguna de la legislación internacional.

Esta observación es fácil de entender. Si bien Gran Bretaña se ha puesto del lado de Estados Unidos en su oposición a la audiencia de La Haya, su ministro de Asuntos Exteriores, Jack Straw, ha escrito que el muro es «contrario a la ley». Otro representante del Ministerio, que ha inspeccionado la valla de seguridad, ha manifestado que debería levantarse sobre la Línea Verde o «de hecho, en el lado israelí de la Línea».

Una comisión de investigación del Parlamento británico ha hecho asimismo un llamamiento a que el muro se erija en territorio israelí y ha expresado su rechazo a esta barrera como parte de «una estrategia de sometimiento de la población», que califica de «deliberada» por parte israelí.

En realidad, lo que con este muro se está haciendo es apoderarse de territorios palestinos. Además, dentro de lo que el sociólogo israelí Baruch Kimmerling ha descrito como la guerra de «politicidio» de Israel contra los palestinos, está contribuyendo a convertir las poblaciones palestinas en recintos carcelarios, muy similares a los símbolos de libertad, soberanía y autodeterminación que representan los batustanes de Sudáfrica.

Ya antes de que se pusiera en marcha la construcción de esta barrera, Naciones Unidas habían calculado que, entre cerramientos, proyectos de infraestructura y asentamientos, los israelíes habían creado en Cisjordania 50 bolsas de palestinos aisladas entre sí. A medida que los planos del muro han ido saliendo a la luz, el Banco Mundial ha calculado que puede llegar a aislar a entre 250.000 y 300.000 palestinos, más del 10% de la población, y que puede llegar a anexionarse, por la vía de los hechos consumados, hasta un 10% del territorio de Cisjordania.

Por otra parte, cuando el Gobierno de Ariel Sharon hizo pública finalmente su propuesta de mapa, se vio con claridad que el muro iba a dividir Cisjordania en 16 enclaves aislados, que ocupan tan sólo un 42% del territorio de esa Cisjordania que Sharon previamente dijo que podía ser objeto de cesión a un Estado palestino.

El muro se ha apoderado ya de algunas de las tierras más fértiles de Cisjordania. Además, cosa que es crucial, amplía el control de Israel sobre recursos de agua importantísimos de los que Israel y sus colonos pueden apropiarse a su antojo mientras que la población indígena carece, con frecuencia, de agua para beber.

jueves, 10 de febrero de 2011

DERECHOS HUMANOS Y SISTEMA FINANCIERO.





Aporta la información: Lancelot

Fuente: solidaridad.net


A principios de diciembre 2009, un grupo inhabitual de 40 organizaciones y personas se reunieron en la Universidad de Yale, New Haven, para un debate acerca de los flujos de capitales ilícitos que salen de los países en desarrollo, la falta de transparencia en el sistema financiero global y el impacto que estos hechos tienen sobre los derechos humanos en todo el mundo. La reunión congregó a expertos en el campo de los derechos humanos y de la opacidad de las finanzas para explorar las similitudes en su labor y desarrollar una agenda común. Un equipo de Tax Justice Network / Red por la Justicia Fiscal estuvo presente y participó activamente en ese debate.

El resultado de esa reunión ha sido publicado en inglés el 7/01/ 2010 en forma de la  Declaración de New Haven que inicia un nuevo partenariado entre los grupos que abogan por los derechos humanos y por la transparencia financiera.
Hacemos pública en castellano

 

El mensaje de esta Declaración es simple y claro: “la integridad financiera y los derechos humanos están íntimamente vinculados” y la pobreza aumenta cuando el dinero se escapa ilícitamente de los países en lugar de invertirse en las necesidades básicas de las poblaciones de esos países donde se genera. Aunque aparentemente sin relación entre sí, hay un hilo conductor que une los flujos de dinero generados por el crimen, la corrupción y la evasión y el fraude fiscal con la necesidad de un sistema financiero en la sombra que facilite tales transacciones.

Y ese sistema opaco  ha crecido hasta tener un inmenso alcance con unos 70 paraísos fiscales en el mundo, unas jurisdicciones del secretismo que permiten el establecimiento y la operativa de entidades con titulares beneficiarios desconocidos, corporaciones empresariales encubiertas en cuentas fiduciarias millonarias, falsas fundaciones benéficas, abusivas trasferencias de costes-precios en transacciones comerciales transnacionales, técnicas de lavado de dinero sucio y agujeros en las legislaciones de los países occidentales que facilitan el flujo del dinero ilícito a través de ese sistema financiero en la sombra para acabar al final en las arcas de los países occidentales.

Algunos analistas apuntan que la mitad del comercio y los movimientos de capitales globales pasan a través de paraísos fiscales y de jurisdicciones

viernes, 4 de febrero de 2011

ENTREVISTA A INGRID BETANCOURT



Proporciona la información: M.C.R.


Ingrid Betancourt ha afirmado que sobrevivir a la experiencia de sufrimiento en su secuestro la ha hecho mejor persona, y que no quiere volver a la política “con minusculas, la del regate corto y la traición, sino a la política con mayusculas, la que trata de provocar el cambio en el interior del ser humano”. Por su interés, reproducimos una entrevista en la que se nota tanto la dureza de su sufrimiento como la esperanza de cambiar las cosas.

Fuente: 20minutos.es

I elegida Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2008

La pregunta es obligada, ¿Cómo se encuentra?

Estoy bien, muy bien. Me siento muy realizada.

Seis años, cuatro meses y nueve días de cautiverio ¿Cómo no llegó a perder la cuenta?

En la selva los días pasan muy lentamente pero los años, más lentamente aún. Y de pronto, cuando te das cuenta, ves que has vivido mucho en pocos años, mucho y muy rápidamente.

Sigo creyendo que el mundo podemos cambiarlo, debemos cambiarlo

Al comienzo de su cautiverio, las FARC se encargaron de hacerle saber al mundo que usted era un bien canjeable ¿Qué siente ahora, libre, al escuchar este calificativo?

Canjeable es el mejor de los adjetivos con el que nos nombraban. Nos llamaban de todo, bestias, carga... Éramos canjeables por prisioneros de las FARC, guerrilleros capturados en combate o en misiones que estaban en prisiones, en Colombia. De alguna manera, la posibilidad de que el dolor de unos sirviera para aliviar el dolor de otros era lo que humanizaba la situación, que de hecho es deshumanizante. Ahora, lo que hay que saber es que nosotros no tuvimos nunca condiciones similares a la de los prisioneros de las FARC. Ellos tenían acceso a sus familias, les podían llamar y recibir noticias de los suyos. Ellos tenían asistencia médica, un sitio para dormir, un techo, una cama y abogados. Y adicionalmente tenían una fecha límite. Sabían que cumplirían tantos años y quizás menos si hacían servicios a la comunidad. Nosotros no teníamos nada ni a nadie, ninguna ley ni ningún abogado que nos protegiera. Nunca tuvimos condiciones similares a los guerrilleros encarcelados en prisiones de Colombia. Así que el secuestro no se puede mirar desde el punto de vista del canje, porque no hay tal canje. No había instituciones equivalentes en ambos lados, lo nuestro era una tortura.

¿Cuánto queda de la activista política, de la rebelde a ultranza de antes del secuestro?

Yo sigo siendo inconforme en muchas cosas. Sigo creyendo que este mundo podemos cambiarlo, que debemos cambiarlo; esa es la parte del optimismo que nunca perdí en la selva. Pero, obviamente, la selva fue un tamiz por el que se filtran las emociones, las actitudes y llega uno con un bagaje diferente. Pienso, hoy en día, que la política es necesaria pero no suficiente. Para que el hombre logre la paz y mis hermanos secuestrados consigan la libertad hay que tocar los corazones que se han endurecido por la guerra.

Dios es la única guía, la única respuesta satisfactoria

Ha confesado sentirse bloqueada para rememorar todo lo que pasó en la selva. ¿No puede recordarlo?

Sí lo recuerdo, todo el día lo recuerdo. Pero el problema es que cuando intento sacarlo fuera, ponerle palabras a todo lo que viví en la selva, las emociones se vuelven muy fuertes. Cuando sea capaz de hacerlo quiero que mi experiencia sirva a los demás, que no sea sólo vaciar el talego. Hay que ordenar los sentimientos y coger perspectiva de manera que, mi vivencia sirva para los demás, que no sea sólo la caricatura de una vivencia, de mi vivencia.

Pidió en vano un diccionario y vivió apegada a una Biblia. ¿Qué se busca en Dios en una situación en la que, como usted ha reconocido, la muerte le llegó a suponer una liberación?

Dios es la única guía válida, la única respuesta concreta y satisfactoria.

¿Pensó alguna vez en quitarse la vida?

Claro. Todos los que estábamos en la selva pensamos muchas veces en eso, en quitarnos la vida.

Hasta que llegó el 2 de julio... ¿Cómo lo recuerda?

Empieza el despertar de la pesadilla y al mismo tiempo un sueño. La vida que llevo es muy diferente a la que dejé.

¿Cómo es ahora su vida?

Es una vida de mucha paz, de mucho amor, de mucha plenitud y de mucha consciencia. Soy quizás demasiado consciente de todas las puertas que se me han abierto. Es un sueño.

Los colombianos compartimos un sueño: llegar ser país cuya voz se oiga en todo el mundo

Y después... una vorágine de actos, charlas, fotos... "Uno no escoge ser un símbolo", como usted misma ha dicho.

Sí, claro, pero también está esa otra parte, el día a día.

¿Cómo es su día a día?

Un día a día de familia, de trabajo y por lo tanto de lecturas y de producir escritos. Soy consciente de que estoy muy solicitada... de que hay cientos de personas que quieren que intervenga y luego está Internet que me roba mucho tiempo. Tengo al día cientos de mensajes que, si bien no logró contestarlos todos, sí es cierto que, al menos los leo. Además tengo a mi lado a mucha gente que me quiere y que me ayuda.

... como su madre ¿Qué papel ha jugado su progenitora todo este tiempo?

Mi madre fue el cordón umbilical que me unió a la vida estando en la selva. Por ella me enteré de todo, de lo que pasaba en el mundo y a mi familia. Logré por mi madre mantener el contacto con ellos. Era su reflexión del mundo y de la vida la que logró ayudarme a tener la mía propia, una reflexión emocional y también política.

¿Qué situación vive ahora Colombia?

Colombia está viviendo un proceso interesante, que ha mejorado y que, como país, ha avanzado. Pero la realidad es que Colombia debe superar sus apasionamientos y encontrar un camino hacia el perdón y la tolerancia. Es un proceso que repentinamente puede acelerarse. La historia, es lo que tiene, que a veces da vuelcos bruscos. En el caso de Colombia estoy esperando a que eso suceda, que desaparezca la polarización que existe en Colombia en este momento, esos fanatismos... y que de una vez Colombia se pare a pensar cuál es el país que quiere dejar a su hijos. Creo que todos los colombianos compartimos un sueño: llegar a tener un país cuya voz se haga oír en todo el mundo. Hemos vivido situaciones muy críticas que nos autorizan a abrirnos al mundo como nación.






































































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